domingo, 12 de junio de 2011

Donación

El otro día me decidí a hacer algo que ya me rondaba por la cabeza desde hace tiempo. A medio camino de la biblio del hospital, me topé con uno de los numerosos carteles que animan a donar sangre y eso...me animé.
Ya fui donante una vez en Bilbao, pero por motivos desconocidos no volví a donar. Y es que, desde que empecé a rotar por el hospital, todos los días nos recuerdan por megafonía que las reservas de sangre del hospital estan bajas, que se necesitan con urgencia sangre de todos los tipos.
Y de tanto oirlo, te escuece la conciencia porque sabes que tienes cinco litros de sangre, joven (aun) y fresca (eso siempre) circulando por tus venas.
Y el colmo es ver un cartel con un dibujo de una gota de sangre llorando que dice: la sangre no se puede fabricar...(no tengo fotos). Este cartel ya roza el juego sucio, apelando a un sentimentalismo excesivo.
Y es que ya llevo tiempo en el otro lado de la línea, prescribiendo trasfusiones a mis paciente. Muchas veces les digo a los más abuelillos: ya verá cómo va a mejorar, que le van a poner sangre de un chaval de veinte años. Y no suele ser mentira (efecto placebo añadido).
Pues allá que fui al banco de sangre, donde me trataron muy bien. Respondes a un pequeño cuestionario antes de la extracción. No duele nada y el proceso en total dura aproximadamente media hora. Después repones energía con algo de comer y beber.
Y la verdad es que te hace sentir muy bien. Además de un gesto solidario, adquiere un tono poético ya que, aunque me marche en unas semanas, algo de mí se queda en Madrid (aproximadamente medio litro de mí).
Desde aqui os animo a que si podeis donar, lo hagais.

Os dejo paginas de información:

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